El blog de Javier García Aranda

En una entrevista publicada recientemente en XLSemanal, el escritor Michel Houellebecq afirmaba que “todavía hay clases sociales en Francia, pero no hay lucha de clases”. Mi amigo J -el que sigue teniendo aspecto de leñador nórdico y que siempre ha tenido como referencia política a la socialdemocracia alemana- dice que recuerda una frase que escuchó a su amigo J -el que suscribe- cuando éramos unos veinteañeros tratando de encontrar nuestro sitio en la sociedad: “no hay conciencia de clase”.

Karl Marx acertaba plenamente cuando diferenciaba la clase en sí: aquella que existe realmente, como lo corroboran los datos objetivos cuando son interpretados por un observador neutral, de la clase para sí: la que se convierte en agente social activo si y sólo si se articulan y organizan quienes toman conciencia de pertenecer a esa clase social.